Dar de comer en forma segura
Comer es parte de todas las actividades de nuestra vida, no sólo es esencial para nutrirnos e hidratarnos, sino que es parte indispensable en todas las reuniones sociales, siendo el evento de alimentarnos lo que regularmente reúne a la familia, se convierte en un momento significativo para conversar y compartir nuestras experiencias.
Es frecuente que las personas mayores pueden tener problemas para tragar la comida y también para beber. Esto puede ocurrir por distintos motivos:
Dificultad para masticar por mal estado o falta de las piezas dentarias.
Dificultad para tragar por debilidad muscular o falta de coordinación, presentando atragantamientos, ahogos, tos o hipo, con neumonías a repetición.
Negativismo a la ingesta (cuando la persona se niega a comer, a beber y/o a tomar sus medicamentos, cerrando la boca o incluso escupiendo).
Falta de comprensión y/o atención suficientes como para registrar el momento y la acción de comer.
Falta de movilidad apropiada para cortar los alimentos y llevarlos a la boca.
A continuación se sugieren algunas formas de prevenir y mantener una alimentación segura:
Hacer de la comida un acto social, colocándose siempre en el mismo lugar.
El contraste de colores ayuda a identificar los objetos, por ejemplo, servir puré de papa (color blanco) en una vajilla de color (marrón, azul, etc…).
Cocinar alimentos conocidos por la persona.
Al comer, beber o tomar sus pastillas, la persona debe sentarse siempre derecha, apoyada en el respaldo de una silla.
Utilizar vasos y platos que sean más grandes que la porción de alimento. Comer en pequeñas cantidades, utilizando una cuchara de té y llenándola hasta los bordes. Servir los platos de uno en uno.
Comprobar la temperatura de la comida.
Comer en pequeñas cantidades, utilizando una cuchara de té y llenándola hasta los bordes. Servir los platos de uno en uno.
Hay muchos alimentos que se pueden comer con los dedos. Es preferible que la persona haga por sí misma todo lo que pueda.
Asegurarse de que la persona mastique bien y trague todo por completo antes de tomar otro bocado.
Si se atraganta, se debe desmenuzar la comida en pequeños trozos y si sigue sin tragar, habrá que triturarla. Si se ahogan con los líquidos: espesarlos con productos especiales para tal fin.
Si el enfermo no abre la boca, se le puede tocar el mentón o la mandíbula suavemente, o ponerle líquido o comida en la boca para recordarle el acto que tiene que hacer.
Limpie los restos de alimentos que puedan quedarle en la boca (surcos, mejillas, dientes, etc), enséñele a limpiarse con la lengua en todos los espacios y que luego vuelva a tragar. Alternar los bocados de comida con sorbos de bebida le ayudará a despejar el alimento de la boca y la garganta.
Para que coma más lento, coloque el tenedor o haga una pausa entre uno y otro bocado; si come por su cuenta procure que entre bocados coloque la cuchara sobre la mesa.
Que se acostumbre a tragar al menos dos veces cada bocado, a modo de reaseguro.
Que al beber lo haga en pequeños sorbos.
Que beba un sólo sorbo a la vez, lentamente, no uno tras otro.
Procurar que mantenga el mentón ligeramente hacia el pecho al tragar. Que evite inclinar la cabeza hacia atrás al beber el último sorbo de líquido de una taza o botella.
Para beber líquidos puede ayudarse de una bombilla o utilizando una cuchara.
No debe hablar con la boca llena de comida.
Es importante evitar alimentos muy granulados o pequeños, como el arroz o la carne picada.
Evitar porciones muy grandes de alimento, fraccione las comidas a lo largo del día.
Disminuya los distractores auditivos y visuales a la hora de comer (alimentarse sin televisión, sin mucho ruido ambiental y evite conversar mientras se esté alimentando).
Que evite recostarse después de comer. Debe permanecer sentado por lo menos media hora después de cada comida.
Evalúe la posibilidad de necesitar ayudas técnicas para alimentar a su familiar, como por ejemplo: mantel antideslizante, servilletas grandes, mangos engrosados, platos con el borde elevado, vaso adaptado, etc.
Es sumamente importante mantener una adecuada limpieza de la cavidad oral, aunque la persona no esté comiendo por boca o no tenga dientes, debe realizar una limpieza como mínimo 3 o 4 veces al día. No es necesario que sea con pasta dental y agua, puede adecuarse dependiendo las condiciones de salud del usuario, como por ejemplo con enjuague bucal en una gaza (bien estrujado, para evitar el exceso de liquido), esta acción no requiere enjuague.